Cuando Jesús tenía 20 años, explicó a personas eminentes que poseían altos cargos y estaban convencidos de la doctrina del Señor.
1. (Dice el Señor:) “Cuando todos hubieron oído estas Mis palabras, se dijeron entre sí: Jesús tiene toda la razón, y en nada se le puede contradecir; pero nosotros nos hemos hundido ya demasiado en el mundo desde que nacimos y ahora nos resultará difícil desprendernos por completo de él.
Según Su muy bien fundada afirmación, cada uno tiene que sobreponerse a sí mismo a través de su autoactividad, completamente voluntaria, que le conducirá desde el estado material al estado libre y espiritual. Y no puede esperar recibir alguna ayuda maravillosa y excepcional del Dios verdadero, porque con esta el hombre sufriría una especie de coerción en contra de su voluntad personal, voluntad que tiene que permanecer eternamente libre.
Sin embargo, para la autoactividad pura, las personas como nosotros obviamente tienen muy poca fuerza, coraje, voluntad y paciencia persistente y verdadera, por lo que, para cada uno de nosotros, será difícil andar por los caminos que nos ha mostrado y avanzar en ellos sin fatiga y sin caer repetidamente.
2. El logro del estado puramente espiritual sería algo muy bueno y valdría infinitamente más que todos los tesoros de toda la tierra; pero el camino parece ser muy largo y accidentado.
Al final, por lo tanto, no sería superfluo en absoluto, si todavía le preguntáramos, en cuánto tiempo, con un caminar conscientemente fiel y diligente por los caminos de vida que Él ha recomendado, uno puede alcanzar el estado espiritual puro y pleno.
Porque se trabaja mucho más fácil, si durante la ejecución de un trabajo se puede calcular en cuánto tiempo se puede alcanzar la meta por completo con la debida diligencia;
Pero trabajar en una tarea en la que no se puede prever el final del esfuerzo necesario para su realización y, por lo tanto, el logro del objetivo es y seguirá siendo un asunto difícil. ¡Hagámosle esta pregunta!”
3. Se Me hizo la pregunta y Yo la respondí diciendo: “Los trabajos espirituales y los caminos espirituales no se miden en horas y codos, sino puramente según la fuerza de la voluntad, la fe y el amor a Dios y al prójimo.
4. ¡Quien pudiera negarse a sí mismo durante un corto tiempo hasta el punto de abandonar por completo todo lo mundano, dedicando sus riquezas —en la medida justa— sólo a los pobres y por puro amor a Dios, y se abstenga de las acciones relacionadas con la carne de la mujer, realmente alcanzaría en un cortísimo tiempo la perfección espiritual!
Pero quien obviamente necesite más tiempo para limpiarse de toda escoria y apegos terrenales, también tendrá que esperar más tiempo para que llegue el estado de altísima felicidad de la verdadera perfección espiritual.
5. Pero vosotros sois estadistas eminentes y tenéis que cumplir con vuestro cargo; Pero esto no es un obstáculo ante Dios que pudiera impediros andar por los caminos que os he mostrado, al contrario, más que nunca os brinda los medios por los cuales podéis alcanzar más fácil y más rápido la perfección verdadera y espiritual.
6. ¡Pero no penséis que sois el cargo oficial, ni tampoco la honra y respeto del mismo! La honra y el respeto del cargo oficial es la ley y vosotros sois tan solo sus sirvientes.
Pero si sois leales, buenos y justos, entonces también gozáis del honor y el respeto de la ley, y el mérito de la ley en las personas que están protegidas, en paz y aseguradas por la ley también os beneficia ante Dios.
7. Pero también sois personas extremadamente ricas; sin embargo vuestra gran riqueza tampoco es un obstáculo para alcanzar el estado puramente espiritual, en caso que administréis vuestra riquezas con verdadero amor a Dios y al prójimo, como lo hacen los padres buenos y sabios en relación con sus hijos, y los uséis sin mezquindad o sin escatimar excesivamente cuando se trata de apoyar a los pobres.
Porque en la medida en que mostréis vuestro amor a los pobres, Dios os recompensará espiritualmente en la misma medida y en todo momento; y, en caso de una emergencia, también en forma natural o terrenal.
8. Pero estáis muy equivocados si pensáis que Dios no ayuda en absoluto al hombre que a veces se cansa y se debilita cuando camina diligente y fervientemente por la senda que le lleva al Reino de Dios y a la vida del espíritu.
Os digo: Cualquiera que haya emprendido seriamente este camino, será ayudado por Dios sin su conocimiento para que avance hasta que finalmente alcance su meta con seguridad.
9. Dios ciertamente no forzará con su omnipotencia la unión del alma con el espíritu de Él, más bien Él iluminará siempre cada vez más el corazón humano y lo llenará con la verdadera Sabiduría de los cielos,
y, así, el ser humano crecerá espiritualmente y se hará más fuerte y superará, cada vez con mayor facilidad y confianza, todos los obstáculos que puedan interponerse en cualquier lugar del camino y que sirvan para su mayor ejercitación.
10. Sin embargo, cuanto más amor a Dios y a su prójimo sienta una persona dentro de sí, y cuanto más viva empiece a sentirse, y cuanto más misericordioso se vuelva en su fuero interior, tanto más grande y más fuerte se ha vuelto el espíritu de Dios dentro de su alma.
Porque el amor a Dios y al prójimo es precisamente el espíritu de Dios dentro del alma del hombre. Sin olvidar que el amor al prójimo es fruto del amor a Dios.
A medida que este amor a Dios aumente y crezca, también lo hace el Espíritu de Dios en él.
Si al final toda la persona se ha convertido en el amor puro y más benévolo, entonces la unión completa del alma con el espíritu proveniente de Dios ya ha tenido lugar, y la persona ha alcanzado para la eternidad la meta más alta de la vida que Dios le había fijado.
11. Dios mismo es en Sí el amor más puro y supremo, como también lo es el espíritu de Dios que le corresponde a cada ser humano.
12. Si el alma, a través de su libre albedrío, se vuelve muy similar al amor del espíritu de Dios, entonces también está claro que se vuelve una con el espíritu de Dios en ella.
Pero si lo hace, también el alma se perfecciona. No se puede determinar el momento exacto de esta perfección, porque eso lo tiene que decir y mostrar el propio sentimiento del alma.
13. El amor verdadero, puro y vivo es en sí mismo sumamente desinteresado; está lleno de humildad, es activo, está lleno de paciencia y misericordia; nunca se convierte en una carga innecesaria para nadie y está feliz de tolerar todo; no se complace en la desgracia de su prójimo; pero su incansable esfuerzo es ayudar a todos los que necesitan ayuda.
14. Así que el amor puro es también casto en el más alto grado y no tiene gozo en los deseos de la carne, sino un gozo mayor en la moralidad pura del corazón.
15. Si el alma humana también está hecha de esta manera mediante su esfuerzo y empeño voluntarioso, entonces el alma ya es como su espíritu y, por lo tanto, también está perfeccionada en Dios.
16. Y así ahora sabéis exactamente lo que tenéis que hacer para lograr la perfección puramente espiritual. Quien se esfuerce seriamente a todo esto, también alcanzará la perfección lo más pronto posible.
17. Quien se comprometa diligente y fervientemente a caminar por este camino, también será ayudado por Dios en todo momento y de la manera más verdadera y segura, para que alcance la meta más alta en la vida, de la cual todos vosotros podéis estar completamente seguros;
porque ahora Dios ya ha venido en vuestra ayuda a través de Mí, donde apenas habéis empezado a notar el camino desde una gran distancia allí, que podría haber tal camino, cuánto más vendrá en vuestra ayuda cuando caminéis por el camino por vuestra propia voluntad! - ¿Lo habéis entendido?”
18. Todos estaban asombrados de esta Mi instrucción, e incluso José (el padre putativo de Jesús) dijo: '¡yo mismo casi nunca lo escuché hablar así tan sabio y verdadero!'
19. Luego José se volvió hacia Mí y dijo: "¿Pero por qué nunca has enseñado a nuestros sacerdotes de esa manera? ¡Si uno de ellos hubiera estado aquí, sin duda habría obtenido una opinión diferente de Ti!"
20. Dije: '¡Me atrevo a convertir antes a los peces en el mar que a nuestros rabinos! También te aconsejo que ni tú ni Jacobo den a conocer nada en casa de lo que ha sucedido aquí, porque entonces tendrías un grave problema con los rabinos. ¡Porque sus corazones son más tercos que la piedra más dura, y sus almas son mucho más sucias que un cerdo en un charco apestoso, y Yo preferiría construir mil establos para los cerdos de los griegos y otros paganos en todas partes antes que perder una palabra en nuestros rabinos más estúpidos, oscuros y maliciosos de Nazaret, Capernaum y Corazín! Pero aún llegará el momento en que allí también abriré Mi boca, pero no para consolarlos, sino para juzgarlos cuando su mala medida esté completa.
Fuente: El gran Evangelio de Juan, tomo 7, capítulo 223, recibido por Jakob Lorber